Una historia bien mamona.

Érase una vez un papa y su hijo. Un día llega el jefe y le dice a su chavo: "soy muy rico y poderoso y te quiero dar la oferta ahora que te estas graduando de la preparatoria, de darte lo que quieras en el mundo, sea lo que sea, el dinero no es obstáculo para mi".

Tons el chavillo le responde, quiero 1000 pelotas de golf verdes. El jefe entonces se queda todo asombrado, el güey no sabia que chingados acababa de pasar y le pregunta a su hijo para que diablos quieres 1000 bolas verdes de golf ¡¿para que!? Y el pinchi mocosillo no le responde. Siendo así su petición su jefe se lo da.

Pasan 4 años y su hijo ahora se gradúa de la universidad, el padre muy orgulloso se le acerca y le hace la misma oferta que le hizo hace 4 años, el muchacho muy feliz le responde que quiere 1000 bolas de golf verdes de nuevo. El jefe se encabrona pero como quería tanto a su hijo cumple con su petición y le da las bolas de golf como las pidió.

Pasan 5 años y el malandro de su hijo ya tiene un negocio de computadoras bien chingón y el jefe se siente bien orgulloso, así que va con el y le ofrece lo que quiera en el mundo de nueva cuenta, el pinche jijo de su rechingada madre vuelve a pedirle 1000 putas bolas verdes de golf, puta madre dice el jefe que pedo con este cabrón. Pero bueno todo encabronado le da sus pinchis pelotas para que haga lo que se le dé la gana.

Pasan 20 años y el jefe anda bien emputado todavía porque no sabe ni que pedo, en eso su hijo se accidenta bien sarro y el jefe vuela desde la mitad del mundo para ver a su hijo, ya muriéndose el güey su padre le pregunta, ¿cabron para que querías tanta pinchi bola de golf? Entonces el hijo lo miró firmemente a los ojos y le dijo: “bueno yo….” Y se murió a la verga.