Mira la cabeza de este pobre.

Quiero, si es posible, llevar a este blog a una dirección diferente, lejos del poner caras pendejas de batos mal paridos, feos y para acabarla de chingar, malandros.

Quiero con toda mi alma poder alcanzar ese epítome de posts, lo cual, no sucederá hoy.

Lo sé, lo sé. Usted no logra asimilar lo que esta pasando frente a sus ojos. Pero no le cambie, mantenga la calma y sitúe su mirada en el negro de la foto en el centro de la fila de abajo.

Que les sirva de advertencia a todos ustedes que les gusta ponerse los calzones en la cabeza cuando se van a las Dunas de Samalayuca.